El sector minero energético como motor del crecimiento regional
De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCRP), en los últimos cinco años, el sector Minería e hidrocarburos ha contribuido con el 13% del PBI nacional; mientras que Energía, representa el 2%.
El sector minero energético es uno de los principales motores del crecimiento económico del Perú. De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCRP), en los últimos cinco años, el sector Minería e hidrocarburos ha contribuido con el 13% del PBI nacional; mientras que Energía, representa el 2%. Si bien durante el 2020 el PBI de estos sectores cayó en 13% y 6%, respectivamente, frente al 2019, ambos destacan por su potencial de crecimiento descentralizado, ya sea en actividades productivas o por sus inversiones.
Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), señala que “el potencial que tiene la minería para generar ingresos descentralizados no tiene paralelo con ninguna otra actividad en el Perú. A lo largo de toda la cordillera se pueden encontrar proyectos muy interesantes, y hay regiones que recién están empezando en su camino de desarrollo minero, como Apurímac”. Pero no solo es la minería.
Producción en Marcha
A nivel regional, Arequipa posee el segundo PBI más grande del país, y es una de las regiones más importantes para el sector Minería e hidrocarburos. Si consideramos cifras del 2019, un año más típico que el 2020 de pandemia, este sector responde por el 35% del PBI arequipeño, según cifras del INEI. La producción de Sociedad Minera Cerro Verde es clave para esta región sureña. No obstante, durante el 2020, el PBI minero regional cayó en 22.4% debido a la pandemia y a las restricciones que esta originó.
Le siguen Cusco y Áncash, con un 45% de su PBI que depende de esta actividad. En el caso del Cusco, si bien el PBI del sector Minería e hidrocarburos cayó 9.8% en el 2020, en el último trimestre del año se reportó un crecimiento de 2.7%, principalmente por la recuperación del nivel de explotación del lote 88, del proyecto Camisea. Mientras tanto, en Áncash, la producción del sector se contrajo en 5.1% en 2020, pero a partir del tercer trimestre del año ya mostraba un crecimiento de 0.6% y de 14.3% para el cuarto, impulsada por la producción de zinc de Compañía Minera Antamina.
Apurímac es otra de las regiones donde la minería es protagonista, ello debido a que es responsable del 62% del PBI de la región. Durante el 2020, el PBI del sector cayó 11%; pero en el cuarto trimestre volvió a crecer a un ritmo de 12%, debido a la recuperación de producción de Las Bambas, pese a que durante el año la empresa minera sufrió 106 días de bloqueo de vías, que le impidieron movilizar sus cargas.
También Junín es una de las regiones con mayor importancia del sector Minería e hidrocarburos, con 27% de su PBI. En el 2020, si bien la producción de sector cayó en 12%, pudo mostrar una recuperación en el cuarto trimestre, con 11% de crecimiento, impulsada por Toromocho, el proyecto de Minera Chinalco Perú. “Hace algunos años, la minería ha empezado a tener una gran importancia para el desarrollo de la región, es uno de los grandes motores de desarrollo, no solo por los trabajos de extracción, sino por iniciativas privadas colaterales al sector minero. Por ello, entendemos que el futuro de Junín y de la región central está íntimamente unido al futuro de la minería”, indicó José Luis Calmell, presidente de la Federación de Cámaras del Centro.
La inversión también
En cifras acumuladas para los últimos diez años, la inversión minera ha representado el 16% de la inversión privada total del país. En el 2020, las inversiones mineras sumaron US$ 4,334 millones, cifra que muestra un retroceso de casi 30% respecto del 2019, debido a la paralización de actividades durante la emergencia sanitaria. De acuerdo con el Boletín Estadístico Minero, de diciembre del 2020, las primeras cinco regiones donde la inversión minera se concentró fueron Moquegua (32.5%), Ica (13.5%), Junín (9.5%), Áncash (8.2%) y Cajamarca (5.2%).
En Moquegua, la minería fue responsable de que se invirtieran US$ 1,410 millones en el 2020, la tercera parte de lo invertido por el sector en todo el país. El movimiento inversor fue liderado por el proyecto Quellaveco, en plena construcción, realizado por Anglo American-Quellaveco. El sector Minería e hidrocarburos tuvo una contribución de 27% en el PBI de esta región, creció 10.8% en el 2020 y no se contrajo en ningún trimestre, pese a la pandemia. Ello, debido al desempeño de Southern Perú. Andrés Meléndez, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Moquegua, señaló que la minería formal tuvo un papel importante en su región durante los meses más críticos de la pandemia. “En nuestra región, fue la actividad que, conjuntamente con la agricultura, no se paralizó en todo el 2020”, explicó. Ni siquiera Cuajone o Quellaveco paralizaron sus actividades y eso favoreció el crecimiento de Moquegua, por encima de otras regiones.
En Ica, por su parte, la inversión fue de US$ 586 millones en 2020 y estuvo liderada por el proyecto Mina Justa, de Marcobre. La actividad minera de Ica tuvo una contribución de 14.1% en su PBI. En el 2020, el PBI de del sector Minería e hidrocarburos de la región cayó en 15%, pero se recuperó en el último trimestre del año, con un alza de 10%, impulsado por la mayor producción de zinc, a cargo de Minera Shouxin Perú y Nexa Resources; y de hierro, por Shougang Hierro Perú. Al respecto, Luis Vila, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Ica, precisó que la crisis sanitaria sacó a relucir dos actividades económicas “salvavidas” para la región: la agroindustria y la minería. “Pero la minería será la industria que impulsará el crecimiento económico, sobre todo cuando su capacidad operativa llegue al 100%. En el 2020 recibimos transferencias por minería (canon, regalías y derechos de vigencia) por S/ 233 millones. Por eso, no podemos dejar de mencionar lo importante que la minería es para Ica. Es vital que la población sepa cómo contribuye a nuestro crecimiento”, agregó.
Vila precisó, además, que Nasca se está convirtiendo en un importante parque de energía eólica para el país y, en cuanto al subsector hidrocarburos, están las inversiones que provendrán de la concesión del servicio domiciliario e industrial de gas natural. De hecho, en Ica opera la central Wayra I, de Enel, y se proyecta la construcción de la central eólica de Punta Lomitas, en Ocucaje, a cargo de Engie Energía Perú, con una inversión de US$ 323 millones.
Según el MINEM, las otras tres regiones con mayores inversiones en el 2020 fueron Junín, que alcanzó US$ 410 millones, liderada por la Ampliación Toromocho; Áncash, donde se destinaron US$ 357 millones, con protagonismo de Antamina; y Cajamarca, donde se invirtieron US$ 226 millones de la mano de Yanacocha.
El impacto de la producción y de la inversión minero energética en las economías regionales no es simplemente un mito, es una realidad que genera un círculo virtuoso de crecimiento y mayores posibilidades de desarrollo.
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